Gracias es una palabra corta y sencilla que produce un bienestar instantáneo en quien la pronuncia y en quien la escucha. Sin embargo, no la pronunciamos ni la escuchamos tanto como nos gustaría. ¿Por qué?
Ser agradecido va más allá de la norma social y del comportamiento “educado” que nos enseñaron cuando éramos pequeños.
Si bien es verdad que el aprendizaje que adquirimos en la infancia de la convención de dar las gracias por educación, suele durar toda la vida; la gratitud va más allá de esta convención y es un aprendizaje que podemos adquirir y fortalecer en cualquier momento.
Aprender a ser agradecido
La gratitud, como tantas cosas, se aprende en la acción. Entrenándonos un poquito cada día.
Dedicándole unos minutos al final de la jornada para reflexionar sobre esas cosas buenas que hemos vivido y que merecen nuestra atención.
La app de Hospital Optimista puede ayudaros a ti y a tu equipo a crecer en la cultura de la gratitud. Pero para seguir avanzando, merece la pena pararse a reflexionar un minuto antes de enviar ese “gracias” en forma de medalla a un compañero o compañera.
Cómo debe ser ese agradecimiento para ser eficaz.
Para llegar a “cómo” debe ser ese agradecimiento, debemos pensar en primer lugar cuál es el objetivo de dar una medalla a un compañero:
Hacerle saber que este tipo de comportamientos son apreciados por los demás. Esto le incentivará a seguir teniendo comportamientos así en el futuro.
Y la persona que expresa el agradecimiento podrá a su vez imitarlo al haberlo analizado mínimamente.
Características del agradecimiento
Por todo ello, el agradecimiento no puede ser general ni atemporal.
Por el contrario, el agradecimiento debe ser:
- Concreto: debe referirse a un hecho preciso que podemos individualizar en el tiempo y el espacio. No debe ser abstracto ni vago, sino preciso y determinado.
- Inmediato: El agradecimiento tiene más valor si se produce con inmediatez. No tiene mucho sentido esperar para dar las gracias si podemos hacerlo en cuanto se ha producido el hecho por el que estamos agradecidos.
- Proporcional: Debe existir una correlación entre el gesto que agradecemos y el agradecimiento en sí. No hay que exagerar, pero tampoco ser tacaño en la expresión de nuestro agradecimiento.
- Sincero: El agradecimiento debe nacer del corazón. No debe ser forzado ni obligado. Si nos vemos obligados a dar las gracias, ese agradecimiento no tiene ningún valor. El agradecimiento debe verse libre de toda falsedad o hipocresía.
- Informal: El agradecimiento no debe verse revestido de falsedad o protocolo. Debe surgir sin compromiso y expresarse de forma familiar.
¡Ten en cuenta estos puntos y comienza a entregar medallas de agradecimiento a tus compañeros de servicio!
0 comentarios