Es, junto al Gerente Nariz Verde y al Capitán Optimista, uno de los tres superhéroes que transforman los hospitales en hospitales optimistas.
Es un mando intermedio, tiene a su cargo un equipo de personas y su papel es fundamental para conseguir la salud psico-social adecuada que permite generar una experiencia paciente positiva.
Así mismo, la aplicación de las políticas de gestión del centro dependen en gran medida de sus habilidades de comunicación.
Este es el tipo de liderazgo que un mánager debe ofrecer a su equipo:
Ser un líder transformacional:
Ve el gran potencial que encierra cada persona. Se fija en sus fortalezas y tratar de potenciarlas.
Cuando uno trata a las personas como son, las frena.
Cuando las trata como pueden llegar a ser, dándoles confianza y esperanza, las ayuda a ofrecer su mejor versión.
Gracias a su apoyo, sus colaboradores son capaces de visualizarla y poco a poco alcanzarla.
Ser un líder compasivo:
Además de sentir empatía por los demás, se empeña en ayudarlos, en aliviar su sufrimiento.
La compasión en salud es la apertura al sufrimiento de los demás y la disposición a aliviarlo.
Es la forma de hacer humana la ciencia.
Ser un líder ejemplar:
Es una persona íntegra y justa. No exige a los demás lo que no está dispuesto a hacer él mismo. Además de “decir”, hace “lo que dice”.
Ser un líder consciente:
Sabe quién es y cuál es su verdadero propósito de vida. Sabe que para alcanzar su mejor versión la transformación personal constante es la clave. Busca liberarse de sus miedos inconscientes.
Ser un generador de alianzas:
Busca el apoyo de otros servicios, otras especialidades dentro de la organización: NO habla de “su” paciente.
Aprovecha el servicio común a los grupos de interés para romper los “silos” entre especialidades.
Está convencido de que, por muy amplios que sean su know-how y experiencia, apenas capta parte de la realidad y que necesita de otros para abarcar una situación.
Fomenta las alianzas entre personas, entre servicios, entre especialidades… Sabe que nadie puede quedarse aislado para no quemarse.
Ofrecer autonomía a sus colaboradores:
A pesar de sus superpoderes, el Capitán Optimista no puede cumplir con su misión si no siente un apoyo institucional.
El mánager positivo es el representante más cercano de la institución.
Sin esta parcela de autonomía, es casi imposible que el Capitán Optimista vuele alto.
Ser un comunicador:
Sabe que debe comunicar constantemente con su equipo.
Sabe que para una buena comunicación primero hay que escuchar.
Nunca se comunica de más. Sabe que la responsabilidad es del emisor.
Mediante una buena comunicación, implica a sus equipos en los procesos de decisión, y consigue hacerlos sentir parte importante del proceso.
¿Te ha gustado conocer a nuestro Mánager Positivo?
Seguro que has reconocido en muchos aspectos a unos lideres con quienes has trabajado en el pasado o con quienes tienes la suerte de trabajar en la actualidad. Te invitamos a compartir este post con ellos para que sigan construyendo Hospitales Optimistas.
Autores

Florent Amion
Presidente de la Fundación Hospital Optimista

José Fonseca Pires
Profesor en AESE Business School
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