Cuento de Salud laboral. Construyendo una historia optimista en un equipo ganador

Cuento de Salud laboral. Construyendo una historia optimista en un equipo ganador

Durante la primera quincena de diciembre asistimos a las votaciones para elegir la Historia más optimista de la VI edición de los premios de la Fundación Hospital Optimista. Una historia que debía tener como trasfondo la covid 19 que durante el pasado año ha condicionado el día a día dentro y fuera de los hospitales.

Participaban 13 historias recibidas desde distintos centros hospitalarios de toda España.

Nos llegaron relatos de parejas ingresadas juntas para poder luchar contra la enfermedad cogidas de la mano, vivencias de superación de sanitarios ovacionados por sus compañeros a la salida de la UCI, de hospitales reconvertidos de la noche a la mañana para acoger a pacientes de covid…

De entre todas ellas, la ganadora es Cuento de salud laboral, una historia de compañerismo y cooperación que nos llegaba desde el servicio de prevención mancomunado de los Hospitales Universitarios Rey Juan Carlos, Infanta Elena y General Villalba.

Ayer hablamos con sus creadoras: las enfermeras Yohana Salgado Balbas y Jennifer Sanchez Paniagua Castillo y la doctora Ámbar Deschamps Perdomo, que forman parte de este equipo de prevención que da servicio a los tres hospitales madrileños.

Los servicios de prevención: Cuidadores de quienes cuidan

Como parte de ese servicio de prevención, Ámbar, Yohana y Jennifer son muy conscientes de la relevancia de su trabajo. Su principal tarea, en palabras de Jennifer, es que “el trabajador del hospital regrese a su casa en las mismas condiciones en las que salió de ella”. Las herramientas para conseguirlo son: el humor para lidiar en los momentos de más estrés, el amor, la empatía y la resiliencia; factor clave en estos momentos, tras tantos meses en los que la situación en los hospitales no termina de volver a la normalidad a la que estábamos habituados.

Jennifer y Yohana

Ámbar destaca lo positivo que ha sido para su servicio de prevención el haberse presentado a los premios. No ya por haber ganado, sino porque les ha permitido hacer una introspección que les ha hecho ser conscientes de que llevaban mucho tiempo haciendo muchas cosas bien, pero al mismo tiempo les ha permitido revisar ciertas cosas que son mejorables.  Siendo conscientes y poniendo en la balanza debilidades, amenazas, fortalezas, y oportunidades que, tras un análisis, ayudan al equipo a seguir mejorando.

Yohana recalca las ventajas de evaluar psicosocialmente los servicios sanitarios y sus profesionales; y considera que hacerlo hoy, en el contexto de la pandemia, es imprescindible, ya que forma parte de la salud global de las personas y en estos tiempos debemos cuidarla más que nunca.

El proceso de recreación de la Historia más optimista

La creación de un video para participar en un concurso no está específicamente entre las funciones de un equipo de sanitarios, sin embargo, este tipo de actividades puede ayudar a fomentar la cohesión del servicio. Yohana nos explica que su intención era relatar una historia sencilla, desdramatizada y que reflejara la alegría y el buen humor con el que habían conseguido mantenerse frente a una situación tan adversa. A partir del guion que ella misma escribió, fueron recopilando recuerdos, fotos y videos que ensamblaron con ayuda del equipo de comunicación.

La gratitud como motor de evolución del equipo

Si hay algo que caracteriza a su servicio, la gratitud es, en palabras de Ámbar, lo que más les distingue.

Desde hace meses su servicio viene utilizando la app de gratitud que ofrece la fundación Hospital Optimista a los centros sanitarios. Ámbar nos contó que esta app les ayuda a ser conscientes de muchos gestos que a menudo nos pasan desapercibidos o damos por hecho. La app les ayuda a plasmar esos pequeños agradecimientos añadiendo, a veces, un toque de humor. También les ayuda a poner por escrito agradecimientos más sentidos que en ocasiones han logrado emocionarles. Servicio de prevención mancomunado de los Hospitales Universitarios Rey Juan Carlos, Infanta Elena y General Villalba

Según nos contaban, al igual que es necesario entrenar cualquier habilidad que deseamos que se vuelva parte de nuestra rutina diaria, el caso de la gratitud no es una excepción. Debemos entrenar el músculo de la gratitud para que se vuelva parte de nuestro hacer diario. Pero no basta con decir “gracias”. Cuando somos conscientes de la virtud* que estamos apreciando en ese compañero o compañera, el agradecimiento se reviste de sentido.

Evidencias científicas sobre la relación entre felicidad y salud

Terminamos nuestra conversación citando un artículo que la doctora Ámbar Deschamps acaba de publicar, en el que profundiza en las evidencias científicas que justifican la correlación entre felicidad y salud. Nos contó que la felicidad es un estado mental sobre el que podemos trabajar para lograr un cerebro coherente, sano, flexible y consciente. No debemos confundir bienestar con felicidad, ya que esta última tiene más que ver con una capacidad de adaptación.

Su estudio pone el foco en el efecto beneficioso de la felicidad sobre un mejor estado de salud.  Sus beneficios van desde una disminución de los niveles de colesterol malo o de los eventos cardiovasculares hasta una menor probabilidad de enfermarse, ya que refuerza el sistema inmunológico incrementando la producción de anticuerpos y modulando la respuesta inmunitaria.

Lo que aprendimos durante la pandemia

Como conclusión nos dejaron su punto de vista con relación a la situación que estamos viviendo. Lo que ha cambiado en la forma de trabajar en los hospitales, y que ellas creen que permanecerá, es la forma de trabajar en equipo. La lucha contra la covid-19 ha reforzado esa cohesión dentro de los servicios e inter-servicios y es una enseñanza que, desde su punto de vista, los centros hospitalarios van a incorporar.

 

*De acuerdo con Martin Seligman, pionero de la psicología positiva, existen seis virtudes universales de los seres humanos: sabiduría y conocimiento, coraje, humanidad, justicia, templanza y trascendencia. Cada medalla que se envía a través de la app de agradecimiento se justifica en una de estas seis virtudes humanas.

Entre ola y ola de Covid19, ¿Para qué y cómo plantar la semilla de la gratitud en tu hospital?

Entre ola y ola de Covid19, ¿Para qué y cómo plantar la semilla de la gratitud en tu hospital?

Tras un verano en el que la pandemia ha dado una tregua solo relativa a los sanitarios españoles, el otoño nos está dejando cifras de contagios que han vuelto a poner a los hospitales en una situación de sobrecarga asistencial.

Aunque las cifras de incidencia acumulada, los nuevos ingresos y la tasa de ocupación de las UCIS han mejorado en las últimas semanas, la sensación de cansancio acumulado y el no tener la certeza de cuando saldremos totalmente de la pandemia siguen haciendo mella en la moral de nuestros sanitarios que continúan al pie del cañón.

Los aplausos de la primavera fueron sin duda la mayor muestra de gratitud colectiva que hayamos conocido en España. Se trató entonces de un movimiento casi unánime que pretendía reconocer el valor de una profesión. Pero, al abandonar el confinamiento, estos aplausos se diluyeron y… ¿quién da ahora las gracias a los sanitarios por su labor diaria?

Un agradecimiento a tiempo vale mucho

Tenemos aún por delante meses difíciles hasta que logremos librarnos completamente de la pandemia. Meses especialmente duros por la incertidumbre de lo que pueda venir después.

El recelo ante un futuro cercano impreciso puede favorecer que se instaure en los servicios un ambiente de queja continua y de crítica a las actitudes ajenas… Se trata de revertir esa tendencia y de ser conscientes de las cosas por las que podemos estar agradecidos. Entender que un simple “gracias” entre compañeros tiene mucho más valor de lo que imaginamos.

En esta dinámica, cada detalle, cada gesto, cuenta. Cuando un servicio de un hospital está dándolo todo de sí, unas palabras de reconocimiento ayudan a seguir adelante y a hacer sentir que cada uno de los miembros del equipo tiene una misión importante.

Existen estudios científicos de Psicología Positiva Aplicada que muestran que es posible desarrollar programas de intervención que mejoran el potencial humano: si podemos entrenarnos a ser tolerantes, cooperativos, optimistas, compasivos, comprensivos, altruistas, responsables y perseverantes, también podemos aprender a perdonar, a cooperar y a ser agradecidos.

Aunque es cierto que estas fortalezas se suelen adquirir mediante aprendizajes informales, a través de la relación interpersonal; también es posible entrenarlas: Podemos aprender a ser agradecidos.

La app que ayuda a instaurar la cultura del agradecimiento en los hospitales

Y en esta segunda ola de la pandemia los sanitarios cuentan con una herramienta que les ayudará en este aprendizaje: la Fundación Hospital Optimista ofrece a los servicios hospitalarios la app de gratitud que ya ha demostrado su utilidad para ayudar a los equipos en su progresión hacia la cultura del agradecimiento.

Como bien nos explicó Carmen Soler Pagán hace algunas semanas cuando presentó el estudio sobre la gratitud que ha realizado junto a las doctoras Marisa Salanova Soria (del equipo WANT de la Universitat Jaume I de Castellón) e Isabella Meneghel (de la Universitat Internacional de Catalunya), la gratitud beneficia a los profesionales: reduce el estrés percibido y la depresión, además de mejorar la productividad y la calidad del servicio a los pacientes.

Los candidatos a los premios Hospital Optimista de este año han tenido el privilegio de ser los primeros en beneficiarse gratuitamente de esta herramienta que les ayudará a mejorar el ambiente en sus servicios.

En las dos primeras semanas y media de uso de la aplicación (desde el 13 de noviembre), más de 400 sanitarios de 29 servicios hospitalarios de España han entregado casi 1.300 medallas a sus compañeros agradeciéndoles un gesto, una palabra amable dicha a tiempo o una acción merecedora de ese pequeño premio.

Esas casi 1.300 medallas son un premio para quienes las han recibido, pero también para quienes las han dado, porque no hay que olvidar que la gratitud es una emoción positiva que tiene numerosos beneficios en nuestra propia salud y bienestar.

La gratitud: un premio para quien la practica

Practicar la gratitud nos protege de emociones negativas como la envidia, el resentimiento o la amargura. Nos aleja de la depresión o la ansiedad. Mejora la tolerancia al estrés y aumenta nuestra capacidad de hacer frente a situaciones adversas: la resiliencia.

Y a medio plazo también mejora la salud física. Las personas agradecidas se sienten con más energía; duermen y descansan mejor y son capaces de recuperarse con mayor rapidez de algunas enfermedades y prevenir algunos desórdenes mentales.

Si ya tienes la app y la estás utilizando, comparte tus experiencias y cuéntanos cómo están cambiando las cosas en tu servicio.

 

 

La pandemia pasada… ¿Qué ocurre con los sanitarios?

La pandemia pasada… ¿Qué ocurre con los sanitarios?

Una situación límite para los sanitarios

Durante varias semanas, entre los meses de marzo y mayo de este año, la saturación del sistema de salud puso a la Sanidad Pública en una posición que podríamos calificar de catástrofe sanitaria.

Durante el periodo álgido de esta crisis, los sanitarios se enfrentaron a situaciones de estrés similares a las experimentadas en misiones de ayuda humanitaria. Con el agravante de estar viviendo esta situación cerca de sus familias.

Ese estrés provocado por la presión asistencial era involuntariamente compartido por los sanitarios con sus seres queridos. Y a esto le podemos sumar el temor de caer enfermos y contagiar a su vez.

De este modo, el espacio de vida que hasta unas semanas antes de la pandemia percibían como un lugar seguro, se convierte en inseguro e impredecible.

Crisis sanitaria = catástrofe sanitaria para los profesionales

Si definimos catástrofe como un acontecimiento en el que una sociedad vive en peligro severo sufriendo pérdidas humanas y materiales, y en que la estructura social se rompe; la crisis provocada por la pandemia de la COVID 19 en España puede asimilarse a una situación de catástrofe.

El hecho de estar asistiendo a los enfermos y salvando vidas puede incrementar la sensación de control y de tener una misión que ayuda a hacer más llevadera la situación y a evaluarla de un modo menos negativo.

Además, los movimientos colectivos de empatía y reconocimiento hacia los profesionales implicados han fomentado la sensación de identidad y pertenencia a un colectivo apreciado y admirado por la sociedad. Los sanitarios se han sentido eficaces y apoyados por la comunidad.

No solo han sido los aplausos con los que la sociedad agradecía cada tarde la labor de los sanitarios; también han surgido iniciativas altruistas y solidarias con aquellos que estaban sufriendo las consecuencias sanitarias y económicas que ha acarreado esta crisis. Bancos de alimentos y redes solidarias de apoyo han surgido en toda España demostrando que en los momentos más difíciles se alzan las manos dispuestas a ayudar.

Un análisis tras la catástrofe

Pero terminados los momentos más duros de la pandemia, se debe seguir  atendiendo  a  las  fases  posteriores  de  adaptación  y reconstrucción. 

Para ello, es  fundamental  orientar unas líneas  estratégicas  de  actuación psicosocial y comunitaria con los sanitarios que vivieron la crisis en primera línea.

Es por eso que Maite Martín-Aragón Gelabert y Mª Carmen Terol Cantero, del Departamento de Ciencias del Comportamiento y Salud de la Universidad Miguel Hernández han elaborado un análisis DAFO que pretende orientar una investigación-acción participativa que sería recomendable realizar junto a los profesionales concernidos.

Análisis DAFO de la situación tras la pandemia

Análisis DAFO

Debilidades

Agotamiento provocado por el estrés mantenido durante la fase de reacción a la catástrofe, una experiencia jamás vivida por la mayoría del personal.

Efectos retardados que dejarán los duelos pendientes

Valoración posterior de los comportamientos profesionales realizados bajo presión.

Aunque la mayoría de los profesionales que han vivido una situación laboral impactante se recupera, un  pequeño  porcentaje  es  susceptible  de  desarrollar  o  mantener síntomas de estrés postraumático a largo plazo.

Para atajar esas debilidades será fundamental implementar protocolos de intervención con personal sanitario.

Amenazas

El foco de apoyo y respaldo social que en su momento estaba puesto en los profesionales y en el sistema  sanitario  como  eje  salvador  de  esta  situación,  se  desvía  hacia  la  recuperación económica y la búsqueda de responsabilidades políticas por la gestión.

El valor de la sanidad pública pasa a un segundo plano.

Habría que diseñar estrategias de relevo, donde el personal de primera línea transfiera a otros equipos de trabajo y representantes laborales la continuidad de la puesta en valor de los cuidados a la población y la importancia de  contar  con  un  sistema  sanitario  público  fuerte,  adecuadamente  dotado  de recursos materiales y humanos con los que afrontar este tipo de emergencias sanitarias. 

Fortalezas

Será fundamental promover a largo plazo las fortalezas que se desarrollaron durante la pandemia:

  • valor del apoyo social y el sentido de comunidad
  • reconocimiento a la valía de la sanidad pública y sus profesionales
  • renovación de la percepción social que, con su labor actual de entrega y cooperación, están recuperando los profesionales que desarrollan su trabajo en torno  a  los  cuidados  de  la  salud

Tanto  para  prevenir  y  paliar  las  amenazas como  para  promover  e  implementar fortalezas, es fundamental llevar a cabo acciones comunitarias de sensibilización y concienciación social de la valía de estos recursos humanos y materiales.

Tanto los colectivos profesionales (colegios profesionales, sociedades científicas, etc.) como las instituciones y órganos de gobierno son actores fundamentales en esta tarea.

Oportunidades

La situación vivida supone  un  desafío  de  reflexión  y  revisión  de  contenidos  académicos y  de formación continuada por parte de los profesionales sanitarios y también para quienes diseñan los planes de formación académica.

Esta reflexión debería redundar en la puesta en valor de la preparación previa (técnica y psicosocial)  a acontecimientos  catastróficos  o  emergencias  sanitarias.

El desafío de lograrlo

Como indica este análisis, debemos afrontar el desafío que nos ha impuesto esta situación y aprovecharlo para hacer un ejercicio de reflexión sobre las armas de las que disponemos para hacer frente a este tipo de situaciones que podrían repetirse en el futuro.

No podemos aceptar que los profesionales de la salud sean víctimas de una situación a la que podrían enfrentarse si disponen de las herramientas adecuadas.

Si no lo hacemos, veremos un empeoramiento de la salud psicosocial de las organizaciones sanitarias con aumento del burnout y la ansiedad de nuestros profesionales, lo que no puede dejar de repercutir en los pacientes.

Si queremos seguir teniendo el orgullo de decir que el nuestro es uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo, debemos cuidar, hoy más que nunca, de su principal activo: sus profesionales


¿Qué es un entorno de trabajo saludable?

¿Qué es un entorno de trabajo saludable?

Bien entrados en el siglo XXI aún mueren dos millones de personas al año como resultado de accidentes, enfermedades o heridas relacionadas con el trabajo.

La cifra de accidentes de trabajo roza los 268 millones y hay 160 millones de nuevos casos de enfermedades ligadas al trabajo.  

El ocho por ciento de la tasa global de trastornos depresivos se relaciona con riesgos laborales. 

Esta impresionante tasa de mortalidad, coste económico y pérdidas derivadas de ambientes de trabajo no saludables representa un reto que no podía dejar indiferente a la Organización Mundial de la Salud

Salud en el entorno laboral: necesidad de un consenso 

En 2007 la Asamblea Mundial de la Salud, de la OMS, lanzó el plan global de acciones para la salud de los trabajadores. Su objetivo era impulsar la toma de medidas destinadas a mejorar los entornos laborales convirtiéndolos en entornos saludables

Este modelo que proponía la OMS y que finalmente vio la luz en 2010 pretendía proporcionar un marco teórico flexible que pudiera adaptarse a la realidad de diversos países, ambientes de trabajo y culturas. 

Para conseguirlo, la OMS revisó sistemáticamente en la literatura global tanto el concepto de ambiente de trabajo saludable, como las políticas y prácticas para la mejora de la salud en los ambientes de trabajo.  

En el desarrollo de este documento participación de 56 expertos de 22 países, oficinas regionales y representantes de los programas de la OMS relacionados al tema, un representante de la Organización Internacional del Trabajo, dos representantes internacionales de ONGs, y representantes de trabajadores y empleados.   

Pero… ¿Qué es un entorno de trabajo saludable? 

En las últimas décadas el concepto de lugar de trabajo saludable ha evolucionado desde un enfoque que se centraba casi exclusivamente en el ambiente físico; hasta ir incorporando hábitos de salud (estilos de vida), factores psicosociales (organización del trabajo y cultura de trabajo), el establecimiento de nexos con la comunidad y otros factores que pueden tener un profundo efecto en la salud del empleado.   

Hoy consideramos que una de las claves para un entorno de trabajo saludable es la introducción de intervenciones efectivas encaminadas a lograr un equilibrio entre la vida y el trabajo. Se trata de organizaciones que supeditan la salud y el bienestar de sus trabajadores a la manera en que estas operan para lograr sus objetivos estratégicos

Un entorno de trabajo saludable debe proporcionar un ambiente abierto de accesibilidad y aceptación para personas de diferente sustrato, origen, capacidades y habilidades. También debe asegurar que se minimicen o eliminen las disparidades entre grupos de trabajadores o las dificultades que afecten a grupos específicos. 

Un entorno de trabajo saludable es aquel en el que el concepto de salud del empleado va más allá de la ausencia de enfermedad. Se trata de organizaciones prósperas desde el punto de vista de su funcionamiento y de cómo consiguen sus objetivos: la salud de la empresa y la del empleado están estrechamente vinculadas. Un entorno de trabajo saludable no solo debe incluir protección a la salud, sino también promoción de la salud

Con todo esto, podemos decir que un entorno de trabajo saludable es aquel en el que los trabajadores y jefes colaboran en un proceso de mejora continua para promover y proteger la salud, seguridad y bienestar de los trabajadores y la sustentabilidad del ambiente de trabajo

Nuevos tiempos, nuevos retos 

En 2020, la COVID-19 viene a presentar un nuevo desafío para los gobiernos, los empleadores, los trabajadores y sus organizaciones: combatir la pandemia al tiempo que se protegen todos los aspectos de la seguridad y la salud en el trabajo.  

Además, más allá de la crisis inmediata, existe la preocupación de reanudar la actividad de manera que se mantengan los progresos realizados en la supresión de la transmisión. 

Mientras dure la amenaza, toda la población está sometida a niveles de estrés elevados que pueden tener efectos graves en la salud mental, especialmente en los casos en que se impone el aislamiento obligatorio en el hogar. Los trabajadores pueden verse afectados por los peligros psicosociales derivados de la incertidumbre presente y futura de la situación laboral o de los cambios en los procesos y disposiciones laborales. 

En algunos sectores, especialmente aquellos relacionados con la sanidad y trabajadores de servicios esenciales, la carga de trabajo se ha visto incrementada al tiempo que aumentaba el estrés ligado a la situación que están viviendo. 

Estas circunstancias hacen más necesaria que nunca la aplicación de medidas en materia de seguridad y salud en el trabajo para prevenir y reducir los riesgos psicosociales y promover la salud mental y el bienestar, además de prevenir el riesgo de consecuencias a largo plazo en el bienestar de los trabajadores.