Las buenas prácticas que te ayudarán a transformar tu unidad en un servicio optimista

Las buenas prácticas que te ayudarán a transformar tu unidad en un servicio optimista

¿Realmente pueden cambiar las cosas en tu servicio? 

Presión asistencial, equipos que cambian, nuevas tecnologías que incorporar, recortes, etc.… pueden convertir tu día a día y el de tus compañeros en una carrera de obstáculos que acaba pasando factura. 

Te apetece que se produzca un cambio. Te gustaría que se respirase un mejor “ambiente” en tu unidad asistencial. 

De hecho, crees que podrías liderar ese cambio en tu servicio, pero… no sabes muy bien por dónde empezar.  

Seguramente, tú o tus compañeros ya habéis propuesto y puesto en marcha algunas iniciativas que con el tiempo han ido perdiendo fuelle.  

¿Cómo lograr que ese cambio que quieres para tu servicio se afiance con el paso del tiempo y cale entre tus compañeros? 

Estamos aquí para ayudarte 

Sabemos que los primeros pasos son difíciles y que es necesaria una buena base a partir de la cual empezar a construir.  

Por eso queremos proponerte un plan para que, a partir de tus buenas intenciones y tus deseos de cambio, puedas avanzar con paso seguro y afianzar ese cambio. 

Estos son los pasos que te proponemos para empezar a lograrlo: 

  • Decídete: Lo primero que debes hacer es afianzar tu decisión. Transformar la cultura de una organización no es algo que se consiga de la noche a la mañana: se tarda una media de tres años. Debes armarte de paciencia, pero también saber que cuentas con nuestra ayuda. 
  • Rodéate: Recluta a los capitanes del cambio que te ayudarán a conseguirlo. Busca en tu equipo personas que se puedan convertir en agentes del cambio y comunícales tu idea. Explícales el camino que propone la FHO y el ecosistema que ofrece. Si emprendes este camino acompañado, llegarás más lejos.Abrazo sanitarios
  • Diagnostica: Saca una primera foto de la situación. Puedes hacerlo mediante un diagnóstico basado en la metodología HERO-HOS Check del grupo de investigación WANT de la Universitat Jaume I de Castellón para un grupo reducido de personas (esos capitanes del cambio que se comprometen a ayudarte) en cualquier momento del año. Sin tener que esperar la fecha de los Premios Hospital Optimista. Para hacerlo, ponte en contacto con nosotros. 
  • Comparte: Establece una visión compartida con los Capitanes del cambio. Con el diagnostico HERO-CHEK en la mano y tras haber leído el libro “Soñando con un Hospital Optimista”, celebra una reunión en la que ese equipo del cambio decida el rumbo que quiere seguir. A partir de este acuerdo podréis lanzar el proyecto al resto del servicio.
  • Lanza: Tras esta reunión, convoca al resto de compañeros del servicio para un lanzamiento del proyecto. El objetivo es proponerles un paso de una cultura implícita a una cultura orientada a la consecución de una organización sanitaria saludable. En esa reunión sumareis los primeros adeptos. 
  •  Activa: Pon en marcha esas palancas que fomenten la salud organizacional del servicio. Transformar la cultura de tu unidad requiere activar muchas palancas de cambio simultáneamente.  La cultura de una organización evoluciona con los comportamientos de sus componentes. Solo con paciencia y constancia podrás contribuir a mejorarla e inspirar a los demás para que sigan ese camino. Es muy importante que el proyecto arranque con algunas “victorias rápidas”, que hagan ver que algo está cambiando en la unidad.
  • Cuenta con nuestra ayuda: Como decíamos al principio, cambiar la cultura en el seno de un servicio supone un largo viaje. Requiere muchos esfuerzos de muchas personas durante mucho tiempo. Queremos estar ahí para ayudarte cuando lo necesites: Si tienes dudas y/o preguntas, te ofrecemos la posibilidad de organizar por videoconferencia una reunión para conocerlas y echarte una mano. 

 

 

Todo preparado para emprender el camino 

Una vez que tu servicio esté en las vías que le llevarán hacia ese deseado cambio de cultura organizacional, es muy importante que no descarrile. Para avanzar sin percances, te proponemos el programa “Soñando con un Servicio Optimista» que te presenta diez buenas prácticas que te ayudarán a conseguir esta transformación. Son estas: 

-Fomentar el desarrollo profesional aprendiendo a gestionar su carrera: jobcrafting. Esta técnica permite dar un nuevo enfoque al puesto de empleo a través del cambio proactivo y la adaptación a la forma de ser de cada persona. Supone amoldar la dinámica de trabajo diaria a las particularidades de cada empleado. Te ofreceremos un módulo de formación en el campus sobre esta competencia.  

-Fomentar el desarrollo personal mediante el aprendizaje continuo de habilidades blandas y directivas. Las profesiones sanitarias están comprometidas con el aprendizaje continuo, pero en este caso no se trata de aprendizajes científico/técnicos sino de habilidades blandas y directivas. Puedes compartir con tus compañeros estos aprendizajes que os ayudarán a avanzar en vuestro crecimiento personal. Los formatos que te ofrecemos son: 

-Fomentar un clima de seguridad psicológica. Alienta a los miembros de tu servicio a admitir sus errores, hacer preguntas y proponer ideas nuevas sabiendo que nadie en el equipo les avergonzará o castigará por ello. En el campus de la Fundación Hospital Optimista podrás encontrar un módulo completo de formación sobre este concepto. Diversos estudios sobre equipos de alto rendimiento (algunos de ellos en entornos sanitarios) reconocen la seguridad psicológica como una de sus características.  

-Fomentar la cultura de la gratitud. Expresar gratitud tiene efectos beneficiosos tanto para quien la ejerce como para quien la recibe. La App de la FHO es tu mejor aliado para luchar contra la cultura de la queja y adentraros en la cultura de la gratitud como ya lo han hecho los más de 40 hospitales que están usándola en España. 

-Fomentar las tres Ds: dieta, deporte y descanso. Seguir a una dieta saludable, practicar ejercicio físico y descansar lo necesario para recuperar fuerzas son tres pilares básicos para mantener un buen estado de salud. Desde cada unidad, los managers deben fomentar este régimen de vida.  

  • Alimentarse correctamente, evitando los ultraprocesados y dedicando suficiente tiempo a cada comida.  
  • Mantener una vida activa frente al sedentarismo. Practicando ejercicio físico a ser posible al aire libre.  
  • El ritmo de trabajo en las unidades hospitalarias puede dificultar el descanso; sin embargo, descansar suficientes horas es fundamental para evitar el estrés y mejor el rendimiento.  

-Fomentar el feedback de aprendizaje 360º. En el marco de una cultura del aprendizaje continuo, implementar una estrategia de feedback 360º, asertiva y efectiva no es sencillo. Sin embargo, este feedback nos ofrece la oportunidad de seguir mejorando personal y colectivamente. Las críticas constructivas de tus compañeros pueden ayudarte a descubrir estas “zonas ciegas” que tú no puedes ver por estar demasiado cerca de ellas. Pronto te propondremos un módulo de formación en el Campus FHO sobre esta herramienta fundamental para aquellos equipos que deseen cambiar su cultura organizativa. 

-Fomentar la cultura de la comunicación. Si queremos que el proyecto se establezca en el tiempo es fundamental cuidar este aspecto. Para ello, los lideres formales deben generar espacios para la comunicación institucional e interpersonal; y los líderes informales pueden generar espacios para la comunicación interpersonal en los que celebrar los éxitos comunes, compartir aprendizajes, compartir estados de ánimo tomando un café en torno al poster de las emociones, etc. 

-Fomentar la cultura del diagnóstico. Es importante seguir participando cada año en los premios Hospital optimista para volver a sacar la foto, tomar la temperatura del servicio conocer la situación del equipo e ir ajustando los procesos de la unidad. No es una cuestión de ganar o perder, sino de servirse de este diagnóstico psicosocial elaborado por la Universitat de Jaume I como una herramienta más de gestión del servicio. 

-Fomentar el sentido de propósito. Para inspirar y alinear a los miembros de una organización sanitaria, no basta con satisfacer las necesidades de los pacientes. Debemos generar un marco inspirador; establecer una misión que contribuya a satisfacer las necesidades de los principales grupos de interés que conviven en la organización. 

-Fomentar el autocuidado emocional. Además de cuidar de la salud física, es necesario centrarse en el cuidado de la salud emocional mediante unos hábitos que ayuden a ejercer un autocuidado.  

  • Fortalecer las relaciones interpersonales y disfrutar de relaciones sociales positivas.  
  • Descubrir y cultivar un hobby o afición que se pueda practicar durante el tiempo libre.  
  • Practicar meditación, atención plena o mindfulness. Esta práctica ayuda a ser más consciente de lo que sucede en nuestra vida ayudándonos a centrarnos en lo que es verdaderamente importante. 

Cambiar la cultura de tu unidad supone un largo viaje

Serán necesarios muchos esfuerzos de muchas personas durante mucho tiempo 

Este camino del desarrollo organizacional, por muy duro que sea, acabará generando una mejor experiencia para los pacientes de tu unidad y supondrán una oportunidad de desarrollo personal y profesional para los miembros del servicio que decidan recorrerlo. 

Descubre aquí cómo la Fundación Hospital Optimista puede ayudarte.

 

Más información
El camino para transitar de la cultura de la queja a la cultura de la gratitud

El camino para transitar de la cultura de la queja a la cultura de la gratitud

«El que se guarda un elogio se queda con algo ajeno”
Pablo Picasso

Este miércoles los optimistas de la sanidad se han reunido en torno a una nueva Conversación de Optimistas en la que Florent Amion y Alberto Sansón trataron un tema que está marcando la actividad de la FHO en los últimos meses: la gratitud. 

Y para hablar de esta actitud de reconocimiento que tantos beneficios aporta no solo a quienes la ejercen sino también a quienes la reciben, los acompañaron M.ª Esther Rey Cuevas, directora de enfermería en el Hospital Universitario La Paz de Madrid y Paqui Yuste Bustos, Supervisora de enfermería UCI y Reanimación en el Hospital San Juan de Dios de Córdoba. 

Esther y Paqui son responsables de dos de los equipos que más comprometidos están en la utilización de la app de gratitud Hospital Optimista 

Los miembros de sus equipos intercambian medallas de agradecimiento con sus compañeros, y la cultura de la gratitud se está abriendo paso, pese a estar viviendo situaciones más o menos difíciles de sobrecarga asistencial como en cualquier otro servicio hospitalario. 

En sus propias palabras, esta app favorece la humildad con una mirada generosa y sincera. Ayuda a aprender. 

 

Los beneficios de la gratitud 

Florent abrió la conversación aportando datos científicos que demuestran la eficacia de la gratitud para mejorar el estado anímico de los profesionales y el ambiente en los equipos de trabajo 

Además, como comentó, la ciencia viene a confirmar lo que nos dice el sentido común: cuando uno da las gracias, la relación entre la persona que agradece y la que recibe el agradecimiento se nutre de esa confianza y ese aprecio sincero. 

Florent pidió a Alberto su punto de vista sobre la gratitud en las relaciones paciente/profesional sanitario y profesional/profesional. Desde el punto de vista de Alberto, en el entorno sanitario siempre ha tenido mucha presencia la crítica y la reclamación; sin embargo, el agradecimiento tiene su lugar en los hospitales. Y para probarlo echó mano de su carpeta de agradecimientos en la que recopila los mensajes de agradecimiento que recibe de los pacientes, y nos leyó algunos de ellos: 

Me hicisteis sentir como una persona y no como un enfermo 

Tras un ingreso en vuestra UCI solo puedo decir que para mí fue una experiencia gratificante 

Mi abuela no entiende de tecnologías, pero sí de buenas personas

…Todos estos mensajes hablan de lo mismo: de sentimientos, de emociones; y destacan valores como la profesionalidad, la calidez del trato, el cariño, el respetoEl resultado es que además de hacerse sentir bien a los profesionales, Alberto está convencido que los pacientes y familiares que enviaron esos mensajes de agradecimiento también se sintieron reconfortados. 

La relación que se establece entre el paciente que agradece y el profesional que recibe el agradecimiento es terapéutica para las dos partes

En relación con la demostración de agradecimiento entre profesionales, Alberto señaló que a su modo de ver a los profesionales de la sanidad les cuesta mostrar gratitud y considera que les faltan herramientas que les ayuden a integrar la cultura de la gratitud dentro de las organizaciones sanitarias 

Alberto piensa que esta reticencia responde a la sensación entre los sanitarios de que “se lo merecen todo y que, en consecuencia, no tienen nada que agradecer. Sin embargo, él piensa que todos los días hay cosas que agradecer a esos compañeros “que nos lo ponen más fácil” 

Aunque se dice que la gratitud es una emoción básica, él piensa que es compleja y que se requieren unos condicionantes éticos que nos hagan comprender que en ocasiones “toca ser agradecido”, que no es perder el tiempo. 

 

La gratitud es una ética de colaboración 

Para ser agradecido hay que convencerse que uno es incompleto y que nos necesitamos los unos a los otros. Ese es, según Alberto el primer paso para adentrarse en la cultura de la gratitud: Convencerse de que uno no va solo. 

Florent mencionó los resultados del estudio sobre el agradecimiento que fueron presentados por Carmen Soler Pagán el pasado mes de octubre y que recopilaba la información obtenida en el contexto del estudio piloto realizado en tres de las UCIs que forman parte del proyecto HU-CI. Este estudio recogía información relativa a los cambios producidos en los servicios que se habían adentrado en la cultura de la gratitud mediante el uso de la app 

 

Paqui y Esther nos relataron su experiencia con el uso de la app 

Esther nos contó que su servicio, Dirección de enfermería, y otros seis servicios seleccionados del Hospital La Paz de Madrid, accedieron a su uso al presentarse a los premios Hospital Optimista.
Según nos contaba, la aceptación fue enorme y su uso se extendió a la gran mayoría de los integrantes de estos equipos. Y los efectos positivos no han tardado en revelarse a pesar las dificultades vividas durante los últimos meses con las sucesivas olas de la covid19. 

El efecto positivo del uso de la app de gratitud se manifiesta en una especie de círculo virtuoso en el que los sanitarios que son reconocidos en su labor agradecen a su vez a sus compañeros y la gratitud continúa propagándose y, en palabras de Esther: al final todos se sienten mejor. 

Paqui nos contó que para ella y sus colaboradores en la UCI del Hospital San Juan de Dios de Córdoba esta app es una herramienta fundamental. Como supervisora de su equipo considera que es fundamental cuidar a los trabajadores y generar clima de confianza. En palabras de Paqui “Al cabo del día pasan más cosas buenas que malas” y debemos ser capaces de identificarlas y mostrar nuestro reconocimiento hacia ellas. Ella también piensa que la adopción de la app en su equipo fue muy sencilla ya que sus colaboradores siempre están abiertos a integrar novedades en el servicio. 

Alberto quiso poner un desafío a Paqui retándole a convencer a una persona que fuera reticente al uso de la app por considerarla “fría”. Paqui le dio su punto de vista: si el agradecimiento es sincero y verdadero, eso aporta la calidez; y recomendó hacer un análisis del día al volver a casa después de acabar la jornada laboral y dedicar un momento a agradecer a los compañeros. 

 

Cómo continuar tras el “efecto champán” 

Florent quiso saber cómo se organizan para evitar que se produzca el “efecto champán” de que los sanitarios acojan con ganas la app, pero poco a poco se vayan olvidando de usarla, dejándose llevar por la falta de tiempo o la desgana 

Paqui señaló la importancia de los mandos intermedios para mantener ese interés y motivar a su equipo a perseverar en su uso hasta que entre a formar parte de la cultura organizacional del servicio. 

Esther invitó a no bajar la guardia en la batalla por instaurar la cultura de la gratitud frente a la cultura de la queja. Motivar a sus compañeros haciéndoles ver que hacerlo así hace más agradable y divertido el tiempo de trabajo haciendo aflorar lo mejor de cada uno. Porque como señala Esther “Quejarse es una losa. No sirve para nada y hace que te sientas peor 

Quejarse es una losa. No sirve para nada y hace que te sientas peor

También apuntó que una estrategia que funciona para evitar que decaiga el interés es jugar con la competitividad: ese “pique” sano que invita a tratar de obtener más medallas que los compañeros. 

Organizar fiestas de reconocimiento con algún regalo para los miembros del equipo que más medallas ha entregado también puede motivar y alentar la utilización de la app. 

Así como premiar individualmente a la persona que más medallas entrega. 

 

La versión Premium, herramienta de gestión de RRHH 

Florent comentó las ventajas de hacer uso de la versión premium que permite analizar los datos recogidos y constituye una verdadera herramienta de gestión de recursos humanos. 

También anunció que muy pronto la Fundación Hospital Optimista ofrecerá un ecosistema completo en el Campus FHO, ayudando en el camino a los equipos que se quieran lanzar en el proyecto de convertirse en un servicio optimista y creando un entorno digital que ofrezca herramientas de ayuda y formación. 

Paqui comentaba que en el entorno de trabajo debe existir flexibilidad, confianza, y buena comunicación. Y las funcionalidades que ofrece la versión premium pueden ayudar a conseguirlo. 

A propósito de esta puntualización de Paqui, Florent anunció el tema de la próxima conversación de optimistas que girará en torno al concepto de seguridad psicológica: esa sensación que tenemos de que al decir algo, este comentario no va a ser malinterpretado y la persona no va a sentirse criticada, juzgada o humillada por parte del equipo 

En la próxima conversación de optimistas tendremos la clave de cómo podemos generar esa seguridad psicológica y presentaremos las herramientas que nos enseñarán a medirla y trabajarla. 

 

Beneficios de la gratitud para uno mismo

Beneficios de la gratitud para uno mismo

La gratitud favorece a quien la ejerce

Ya hemos visto en anteriores posts cómo la gratitud tiene efectos positivos sobre las personas que la reciben; ya que los agradecimientos se perciben como un reconocimiento a su valor, y además hacen que aumente su bienestar y compromiso.

Sin embargo, el agradecimiento no solo aporta satisfacción a quienes son merecedores del mismo. La persona que ejerce esa gratitud también se ve recompensada.

Un estudio realizado entre los usuarios de la app muestra que los empleados que entregan más medallas mejoran notablemente su desempeño. Además, el agradecimiento genera un clima de trabajo que favorece la colaboración. Los miembros de la organización se alinean con la cultura y valores de la compañía.

Hacer el ejercicio de expresar gratitud aumenta los sentimientos de autoestima y autoeficacia: quienes manifiestan esa gratitud se vuelven más receptivos y útiles.

Volcar nuestro agradecimiento por escrito

Quienes además de expresar su agradecimiento, lo hacen por escrito, verán disminuir el estrés percibido y la depresión. Esto redunda en una mejora de su productividad y de la calidad de los servicios al paciente.

Escribir cartas de agradecimiento es síntoma y resultado de buena salud mental.

En el caso de la app, es aconsejable programarse unos minutos al día para ejercer esa gratitud. Reservarse un momento de tranquilidad para pensar en las cosas buenas que los demás han hecho por nosotros y por las que les podemos mandar un pequeño mensaje de reconocimiento.

La gratitud, además de ser una emoción, es una actitud que podemos practicar y desarrollar, y que finalmente nos hará más felices.

Los beneficios de la gratitud desde el S. I a.C hasta hoy

Ya en el siglo I a.C., el filósofo romano Cicerón definió la gratitud como la mayor de las virtudes, y es un valor presente en la cultura universal.

En nuestro siglo, los psicólogos estadounidenses Robert Emmons y Michael McCullough en su estudio The Power and Practice of Gratitude han profundizado en los efectos no sólo emocionales sino también fisiológicos que tiene la práctica de la gratitud, particularmente en el funcionamiento del cerebro.

Sus estudios han hallado que enfocarse en emociones positivas y de gratitud puede mejorar la calidad del sueño y (como ya hemos comentado) reducir los sentimientos de ansiedad y depresión.

También existe una relación directa de la gratitud con mejores estados de ánimo, menor fatiga e inflamación (lo que reduce la presencia de enfermedades cardiovasculares).

Además, la gratitud libera neurotransmisores como la dopamina, la tan conocida hormona del placer.

Todo nos invita a ser agradecidos… al final ¡Nosotros seremos los principales beneficiados!

 

 

 

 

 

 

 

 

Los beneficios de la gratitud para quien la recibe

Los beneficios de la gratitud para quien la recibe

Expresar gratitud en el lugar de trabajo

A menudo encontramos que los lugares de trabajo no suelen ser entornos en los que se exprese habitualmente la gratitud. Más bien al contrario: con frecuencia surgen conversaciones orientadas a criticar las actitudes de los demás, quejarse y mostrar descontento.

Existen estudios que determinan que solo el 10% de las personas expresan gratitud en su entorno de trabajo.

El 35% considera que expresar este sentimiento en el trabajo podría llevar a sus compañeros a aprovecharse de ellos.

Pasamos muchas horas de nuestra vida trabajando. La práctica del agradecimiento, entre otras, puede convertirse en un factor relevante para que nuestra actividad sea más plena y placentera.

Cambiar de la cultura de la queja a la cultura de la gratitud

Es cierto que el ámbito laboral suele ser campo de cultivo de sentimientos negativos por la presión, las prisas o la falta de recursos a las que podemos vernos sometidos; lo que puede impedir que conectemos con un sentimiento de gratitud, aun cuando seamos vagamente conscientes de sus beneficios.

Los nuevos modelos organizativos deben implicar nuevas formas de retribución laboral que van más allá de la pura compensación económica. Medidas que permiten equilibrar nuestra vida personal y familiar, y especialmente que propicien el reconocimiento de nuestra labor: una de las medidas que debemos añadir a estas retribuciones psicosociológicas, es la práctica del agradecimiento.

La gratitud ofrece variados beneficios a los profesionales sanitarios que la reciben. Diversos estudios científicos demuestran que la práctica de la gratitud produce reacciones moleculares a nivel cerebral que estimulan sensaciones de bienestar y alegría:

  • Mejora la productividad
  • Produce un sentimiento de felicidad
  • Mejora la calidad del servicio que reciben los pacientes

La satisfacción de sentirse valorado

A todos nos gusta que se reconozca nuestro trabajo, sentirnos valorados por nuestras capacidades y nuestra implicación en el equipo. Un agradecimiento por parte de compañeros o superiores puede ser un factor motivador de gran importancia.

Ese tipo de actitudes da lugar a ambientes laborales más humanos y proclives a relaciones más flexibles y de confianza. Es improbable que un equipo de trabajo obtenga resultados positivos sin un ambiente de confianza y respeto entre sus integrantes.

En el extremo apuesto, la carencia de todos esos factores dará lugar a ambientes laborales tóxicos, en los que las envidias y rencillas estarán a la orden del día.

Promover una cultura del agradecimiento no depende exclusivamente de las actitudes personales. De poco sirven si en el entorno laboral predomina un “mal ambiente” y una falta de comunicación entre empresa y trabajadores.

Una organización que no incluya entre sus valores el agradecimiento colectivo y personal no es una organización psicosocialmente saludable.

Si el agradecimiento parte y es fomentado desde arriba, dará lugar a que el resto de la organización se adhiera con más facilidad a la gratitud.

 

 

 

 

 

 

Cómo dar las gracias

Cómo dar las gracias

Gracias es una palabra corta y sencilla que produce un bienestar instantáneo en quien la pronuncia y en quien la escucha. Sin embargo, no la pronunciamos ni la escuchamos tanto como nos gustaría. ¿Por qué? 

Ser agradecido va más allá de la norma social y del comportamiento “educado” que nos enseñaron cuando éramos pequeños.

Si bien es verdad que el aprendizaje que adquirimos en la infancia de la convención de dar las gracias por educación, suele durar toda la vida; la gratitud va más allá de esta convención y es un aprendizaje que podemos adquirir y fortalecer en cualquier momento. 

Aprender a ser agradecido 

La gratitud, como tantas cosas, se aprende en la acción. Entrenándonos un poquito cada día.

Dedicándole unos minutos al final de la jornada para reflexionar sobre esas cosas buenas que hemos vivido y que merecen nuestra atención. 

La app de Hospital Optimista puede ayudaros a ti y a tu equipo a crecer en la cultura de la gratitud. Pero para seguir avanzando, merece la pena pararse a reflexionar un minuto antes de enviar ese “gracias” en forma de medalla a un compañero o compañera.

Cómo debe ser ese agradecimiento para ser eficaz. 

Para llegar a “cómo” debe ser ese agradecimiento, debemos pensar en primer lugar cuál es el objetivo de dar una medalla a un compañero: 

Hacerle saber que este tipo de comportamientos son apreciados por los demás. Esto le incentivará a seguir teniendo comportamientos así en el futuro.
Y la persona que expresa el agradecimiento
podrá a su vez imitarlo al haberlo analizado mínimamente.  

Características del agradecimiento 

Por todo ello, el agradecimiento no puede ser general ni atemporal. 

Por el contrario, el agradecimiento debe ser 

  • Concreto: debe referirse a un hecho preciso que podemos individualizar en el tiempo y el espacio. No debe ser abstracto ni vago, sino preciso y determinado.  
  • Inmediato: El agradecimiento tiene más valor si se produce con inmediatez. No tiene mucho sentido esperar para dar las gracias si podemos hacerlo en cuanto se ha producido el hecho por el que estamos agradecidos. 
  • Proporcional: Debe existir una correlación entre el gesto que agradecemos y el agradecimiento en sí. No hay que exagerar, pero tampoco ser tacaño en la expresión de nuestro agradecimiento. 
  • Sincero: El agradecimiento debe nacer del corazón. No debe ser forzado ni obligado. Si nos vemos obligados a dar las gracias, ese agradecimiento no tiene ningún valor. El agradecimiento debe verse libre de toda falsedad o hipocresía. 
  • Informal: El agradecimiento no debe verse revestido de falsedad o protocolo. Debe surgir sin compromiso y expresarse de forma familiar. 

¡Ten en cuenta estos puntos y comienza a entregar medallas de agradecimiento a tus compañeros de servicio!